Parece que lo peor lo habíamos vivido durante la pandemia. Pensábamos, por ingenuos que seamos, que la llegada de las vacunas y la vuelta a la normalidad nos llevaría a una vida similar a la de antes de 2020. Entonces el mundo entró en guerra. Y los precios se dispararon.
Con los gastos de energía encima, todo se ha encendido. Y nuestros ahorros lo culpan. Como ruido de fondo de esta tormenta perfecta, escuchamos a los científicos y empezamos a sentirlo nosotros mismos. Basta con ver la insoportable ola de calor que hemos sufrido este mes de junio en España. Estos son los efectos del cambio climático.
Por eso quizás sea un momento más oportuno para todos, no solo para los dueños de las fábricas ni para el gobierno, sino que empezamos a pensar qué podemos hacer por el planeta y al mismo tiempo mermamos nuestras finanzas.
A partir de eso, el artículo de hoy trata sobre las alternativas para reducir los costos de energía a través de medidas “verdes”. Para empezar, es bueno saber que cada hogar español, según diferentes estudios, destinó una media de 1.400 euros para pagar las facturas de luz, gas y agua en 2021.
Pero todos sabemos que promedio y porcentaje se dispararán cuando se realicen estudios relacionados con este temblor y hostilidad en 2022, año en que enloquecieron el gas, el petróleo y la electricidad y estamos ante estos.
Con eso, veamos algunas medidas que cualquier familia puede tomar:
- Controlar los sistemas de iluminación. Para no ser muy repetitivo decir que es importante que cambiemos los contaminantes, desde las muy tradicionales bombillas hasta los famosos LED. No solo ahorra un 75% de energía, sino que también duran mucho más, por lo que los ahorros aumentan. Pero eso no es todo. También podemos instalar un dimmer en casa. Presta atención también a los sensores de movimiento, que apagan las luces cuando detectan que no hay nadie cerca. Muy automatizado de hecho, pero realmente útil.
- Usa un Termostato Inteligente. Este sencillo dispositivo, que también se puede controlar desde el teléfono móvil, te permite programar cuándo quieres que tu casa esté fría y caliente. Está comprobado que esta sencilla herramienta ahorra más del 10% en el costo de calefacción y refrigeración.
- Usa agua fría en la lavadora. ¿Sabías que el 90% de la energía que utiliza la lavadora es para calentar el agua? Pues bien, no tendrás este problema usando agua fría. Y no olvides plantearte tender la ropa para secarla, lo que te ahorrará mucha energía en la secadora. Este dispositivo, de hecho, consume casi el 6% del consumo total de energía en los hogares
- Dale un segundo uso al agua. El agua que usas en la ducha o la bañera o el exceso del fregadero o incluso del lavavajillas se puede reutilizar en el jardín. Solo tienes que asegurarte de que los jabones que utilices sean ecológicos para ayudar a que tus plantas crezcan, dando un segundo uso al agua y ahorrando una gran cantidad de litros.
- Limita el uso de agua caliente. ¿Y cómo se puede hacer eso? Bueno, la explicación es muy sencilla. Hay que aislar las tuberías de agua caliente para que se quede el calor, sobre todo en invierno. De esa manera, se desperdicia mucha menos agua mientras esperas a que se caliente. Por supuesto, por poca que sea, esta agua extra se puede guardar y usar para regar las plantas, limpiar o descargar el inodoro.
- Reducir el tiempo de ducha. Cada minuto bajo el agua se desperdician alrededor de 12 litros de agua. Supongamos que tres miembros de una casa se duchan durante 20 minutos, ya que la Organización Mundial de la Salud recomienda ducharse durante 5 minutos. ¡Esto implicaría un enorme ahorro diario de 180 litros por persona y por día! Para evitarlo se puede instalar un temporizador de ducha que ahorre tanto energía como cantidad de agua. En este sentido, Arelia ha desarrollado la herramienta perfecta llamada Acqua-Tempus. El dispositivo limita el consumo de agua y energía con tres modos, restringiendo el tiempo máximo de ducha.
De esta forma, evita duchas prolongadas e innecesarias, provocando un gran ahorro de agua y gas.
Acqua Tempus dispone de un sensor de grifos abiertos: detecta cuando un usuario ha dejado el grifo abierto y lo cierra automáticamente para evitar el desperdicio de agua. - Cambia los electrodomésticos por otros de bajo consumo. Similar a lo que sucede con los vehículos de nuevo diseño, cada vez las empresas piensan más en el medio ambiente y fabrican productos de bajo consumo. Por eso, si te es posible, considera tirar los electrodomésticos viejos. Requerirá una inversión, por supuesto, pero a la larga, los ahorros lo compensarán.
- Mantenga la puerta del horno cerrada cuando cocine. Cada vez que lo abres, la temperatura interior baja a 4 grados centígrados. Esto hace que el dispositivo aún trabaje más para recuperar la temperatura anterior, lo que consume más energía. Intente abrirlo un poco, verifique la comida o confíe en la luz dentro del horno.
- Desenchufa los aparatos electrónicos. De hecho, esto ya se ha dicho muchas veces, pero ¿lo haces? Así que trate de recordar por qué la mayoría de los gastos de energía provienen de dispositivos electrónicos. Es porque no se desenchufan cuando no se usan. Esto se llama alimentación fantasma y tiene una forma muy sencilla de reducirla.
- Instalar ventanas aislantes de PVC o aluminio con doble o triple acristalamiento y máximo nivel de aislamiento.
- Revisa el aislamiento de las paredes perimetrales de tu apartamento o casa: existen placas aislantes que aumentan hasta un 40% el aislamiento de la casa, lo que lleva a la gran disminución de los gastos de calefacción y aire acondicionado.
- Por último, si es posible, podemos instalar una caldera de biomasa en nuestra vivienda o paneles fotovoltaicos para cubrir el consumo eléctrico durante el día. Son inversiones que se pueden amortizar en 3 o 4 años.
Son pequeños detalles del día a día que podemos incluir en nuestras rutinas y así ahorrar energía y dinero.
El compromiso de Arelia, cada Kw cuenta.